Hola amigos, contrariamente a lo que pudiera parecer, Mayo-1968 constituyó no solo un fenómeno puntual francés sino que se extendió por casi todo el globo, se nutrió de muchos elementos y a su vez nutrió grandes cambios en la música de aquellos tiempos. Mientras la voz de Bob Dylan llenaba colegios y universidades con: The times they are a'changin muchos nos preguntábamos por la lógica de un sistema encorsetado, sumido en plena guerra fría, y metido hasta la médula en una estúpida guerra que duraba ya más de 20 años: La de Viet-Nam, con cientos de miles de muertos, (se calcula que entre 2 y 5,5 millones de personas perdieron la vida en Viet-Nam) de los cuales casi medio millón de americanos. Ante la desilusión de una juventud obligada a combatir en una guerra sin sentido y sin salida, ya en 1967 , en USA, hubo una enorme marcha hacia el pentágono, y muchos jóvenes americanos huyeron a Canadá y otros paises donde se escondíeron para librarse del ejercito. La música de aquel entonces, se volvió revindicativa, adoptando unas bases claras de no-violencia que fueron el terreno abonado para el nacimiento de muchos grupos ya inmortales cuyos temas todavía perduran.
Para entender el planteamiento básico de aquel movimiento, hay que comprender que la juventud estaba convencida de su poder para cambiar el mundo, con el fin de hacerlo más habitable y justo ante un Liberalismo cuya sola y única meta era y es la rentabilidad económica, caiga quien caiga. La música jugó un papel muy importante en todo ese fenómeno ya que era además de un vehículo de transmisión de ideas, el pegamento que permitía aglutinar a millones de jóvenes inquietos en torno a macro-festivales que se realizaban principalmente en grandes ciudades occidentales, o lugares como la Isla de Wight, y que alcanzaron su culminación en el último de ellos: Woodstock (USA) ya en el año 1969. Contrariamente a la música que nació en la Transición Española, la cual estaba marcada por un carácter revindicativo al servicio de partidos o movimientos, en 1968, la música aglutinó a los jóvenes en torno a unas ideas que no tenían nada que ver con partidos políticos sino con una importante corriente de cambio de estructuras caducas y nefastas: No se trataba de quitar a unos para poner a otros, sino de mejorar nuestro espacio vital: Imponer una educación más justa cambiando la relación de poder entre alumnos/Profesores, erradicar las guerras, el hambre, la pobreza, la desigualdad, etc... y como no: Liberar la reprimida sexualidad de la época donde apenas habían escuelas mixtas, y todo era tabú. Por suerte, no había aparecido aún el SIDA; por consiguiente solo las barreras morales impedían el libre ejercicio de una sexualidad sin tabues. Lo tremendo del caso es que tal como refleja César Rendueles en su artículo publicado en el diario digital ADN.es "Una de las más inteligentes argucias ideológicas de la contrarrevolución liberal ha sido convencer al mundo de que su victoria no es el resultado de ninguna batalla política, sino una consecuencia natural del triunfo tardío de la sensatez en una generación irresponsablemente entregada a experimentos narcisistas tales como la sanidad pública o la educación gratuita." Dicho de otro modo, nos han hecho creer que es de locos lunáticos drogados y soñadores el revindicar que todos los humanos puedan comer y vivir en paz y libertad, Sin embargo se considera una evolución sensata, el aceptar las reglas del juego del mundo en el que vivimos, como si fuera normal e imprescindible que nuestro planeta se encontrara sumido en decenas de guerras sin sentido; Como si fuera normal aceptar la existencia de cientos de millones de personas que a diario pasan hambre y miseria, mientras seres desvalidos (niños, mujeres, inmigrantes) son explotados hasta la muerte, y todo eso en una tierra en la que de no cambiar mucho las cosas, todo acabará desapareciendo por culpa de la codicia humana, pues con tal de lucrar a unos cuantos, nuestro planeta/hogar está siendo destruido día a día. Tal como vienen anunciando muchos filósofos ya mayores que vivieron el Mayo-68, las ideas de ese movimiento siguen igual de vigentes, sus metas siguen pendientes de ser alcanzadas, y por desgracia, las circustancias del mundo siguen siendo las mismas o peores, por consiguiente es probable e incluso deseable que se vuelva a repetir un movimiento que a pesar de sus errores, solo buscó hacer reflexionar al mundo sobre la necesidad de escuchar las inquietudes de una juventud harta de desigualdades y ávida de paz y prosperidad para todos sin excepción.La libertad y la dignidad no son una moda, y menos aún el patrimonio de una élite, son unos bienes indiscutibles que deberían aplicarse a todos los humanos al nacer. Ese y no otro es el sentido de la música de finales de los 60 y principios de los 70. No debemos olvidar que esa música nunca fue un ejercicio gratuito y narcisista de estética retro, sino que era y sigue siendo una revindicación humana en defensa de los derechos y las libertades amenazadas más que nunca por unas estructuras de grandes poderes económicos que no respetan a nada ni a nadie con tal de llenar los bolsillos de los mas ricos, empobreciendo día a día a los más desfavorecidos. |