Rose Hill Drive son una banda de jóvenes de Boulder, Colorado, USA . Formados en 2.003, ya con su primer disco sorprendieron al personal por su fuerza, las distorsiones de sus guitarras y la voz de su cantante. Sus canciones les posicionaron en un panorama actual sonando como hace 30 años. Sus influencias son claramente del rock de los 70, y aunque podría aquí hacer mención de alguna banda que les ha influido creo que se merecen algo más. Sí que he palpado una gran diferencia de su anterior disco homónimo: Rose Hill Drive, quizás con un enfoque más vintage, más rock a la antigua usanza, con solos de la mano de Daniel Sproul que te saltaban las lágrimas, con algún que otro set en directo de alguna canción que llegó a mis manos y me dejó perplejo, la verdad. Pero en este disco mantienen el nivel.
Como suele ocurrir en la historia de algunas grandes bandas del rock, en Rose Hill Drive militan dos hermanos: Jacob y Daniel Sproul. El primero es la voz , y el bajista,que da ese carisma especial a la banda, el segundo ,con la guitarra ,la energía suficiente para que no pasen desapercibidos. Acompañándoles a la batería llevan a un gran amigo de la infancia Nathan Burns. Así pues se trata de un power trío en toda regla.
Vaticino grandes exitos para esta formación. Me recuerdan mucho a grandes bandas de todos los tiempos, solo que en este disco han aportado un ingrediente más. La música alternativa y el rock están de suerte , lo comercial tiene hueco en la música de calidad y Rose Hill Drive está en pleno desarrollo de su propia fórmula del éxito. Sus canciones rebosan sentimiento, su manera de componer y los dos discos oficiales hasta la fecha dan muestras de un desarrollo digno de tener en cuenta. Para comenzar el album nos introducen con Sneak Out, un ritmo de eléctrica que nos suena mucho, una voz genial y cálida, hueco para una parada y que suene el charlie de la batería, y leña al mono. No es nada nuevo pero cuando la escuchas un par de veces termina por captar tu atención, este ha sido el primer single del disco. El bajo y la guitarra se retuercen en una melodía, el desarrollo inmediato da vigor a la canción, la batería aprieta un poco, sosegada por la melodía principal, ahí vamos. Seguidamente , con Altar Junkie, entendemos que esta banda alcanza metas altas, el sonido grunge de los 90 no se ha olvidado, el estilo actual de un stoner menos mecánico , unos armónicos dignos de STP, una mezcla en la voz de dureza y dulzura, pero la guitarra omnipotente no se achanta. El bajo aporta un toque de calidad y está presente en todo momento. Podrían haber elegido este tema como single y quizás les hubiese funcionado mejor, pero yo creo que estos chicos prefieren ir directamente al grano con su música.
Con Laughin in the Streets vuelven a recalcar ese sonido a rock alternativo con un toque tranquilo, carente de superficialidad, bien adornado por una voz sugerente, divertida y variada. Sin ahondar en grandes distorsiones consiguen una gran profundidad en su música, aportando un toque moderno en esta ocasión para que no puedan terminar de catalogarles, ni quedarse estancados en ningún momento. Saben aguantar para que el solo de Daniel nos entre en el cerebro y nos preguntemos qué efecto ha usado en la distorsión, pero nada de virguerías, el feeling es más importante.
En Trans Am vuelven a usar distorsiones dignas del mejor stoner, ritmo que rememora el rock en estado puro, y la voz de Jacob que no tarda en asomar y dejar claro que saben llevar una línea de actuación para crear su propio sonido. A estas alturas del disco, y si no te han dicho que eran ellos quienes estaban sonando en la barra de tu bar favorito, seguramente le estarás preguntando al camarero quién demonios es esta banda , que suena tan apretada, con un bajista que aporta toques de calidad cada dos por tres, y un repertorio de canciones a gran nivel. Para terminar el solo de Daniel se te mete en tu cerebro, "I don`t give a damm", para terminar en un lamento.
A Better Way vuelve a esa estructura que les da su propio sonido, sin prisas, con buena letra. Consiguen adentrarte en su propio universo, cada uno por su lado en su parcela, la guitarra demuestra que sabe enriquecer por dos pistas distintas.
My Light, es un tema digno del Rock & Blues de toda la vida, con tiempo para un desarrollo donde lo comercial se une a la calidad, la distorsión saturada contrasta con la voz suave y cálida, que se perpetua a base de un desarrollo que termina por confluir en un solo de Daniel. He escuchado a los mismísimos ACDC sonar más flojos en temas de este estilo, pero eso solo es una opinión embriagado en mi audición en plena soledad . The 8th Wonder, introducen el tema con una psicodélica entrada de la guitarra, para de pronto tornarse un poco loca. Qué buena producción tiene este disco, deja hueco para que se aprecie claramente cada instrumento, sobre todo la línea de bajo de Sproul. Este es otro de mis temas favoritos, una puesta en escena desenfadada para un estribillo digno del mejor rock`n`roll, "in a monster thunder". De nuevo dejan hueco para una parada profesional, saben cómo hacerlo para sonar a calidad. La guitarra vuelve a hacer su aparición, se contonea para dejar espacio a la batería, meter un par de rasgados y dejarte con la miel en los labios.
Como en su anterior disco se permiten un set acústico en One Night Stand. Por otra parte esta canción aporta más calidad a su música, que no se centra únicamente en lo que les marca su estilo, y son capaces de enfrentarse a un panorama musical internacional mucho mas amplio. Me vienen a la cabeza un par de bandas que tiene que estar escuchándoles y quejándose de que entran en su dominios. Esto es la música, y cada uno aporta su propia personalidad.
Vuelven a sonar un tanto stoner, rock mecánico con marcada tendencia esquizofrénica , pero con un poco más de continencia. Godfather es un hit directo al corazón, qué edad dije que tenían estos jovenzuelos??? se ven que han sabido escoger lo mejor de la música rock de los últimos 30 años, y su capacidad para crecer en cada tema nos alucina. Sus revoluciones nos indican que tiene mecha para rato, la guitarra vuelve a hacer de las suyas, mientras que la batería se regocija aporreando el charles cual enfermo demencial.
En Do you wanna get High, nos enseñan cómo escribir un tema, meterse de lleno en adicciones y en devaneos con la fatalidad de la droga en una letra ácida, que termina por desembocar en otra melodía, esta vez más sugerente al mezclar distorsión y sonido acústico. Muy bien acompañados por la batería que aporta el contraste suficiente para que a pesar de todo suene muy cohesionado. El solo de Sproul nuevamente nos dice que esta peña en directo no hay que perdérsela, gran rock`n`roll en estado puro, y hasta a medios tiempos rebosan anergía. "Do You Wanna Get high?, I thing you gonna like it..."
Y ya casi nos hemos cargado el disco completo. Im On To You vuelven a la carga con un ritmo pegadizo, un bajo superpotente, y la batería que no se olvida de hacer bien su trabajo. Hueco para que notemos cada instrumento, tiempo para que el desarrollo y el estribillo de la canción vuelva a sorprendernos. Genios del rock`n`roll. ¡¡Dale caña y quítate de en medio que vamos allá!!. Un redoble de batería, la voz de Sproul y la guitarra hiriente de Daniel. Música para soñar y desahogarse.
En la última canción,Always Waiting, vuelven al sonido acústico, los fans de Bonham están de enhorabuena, y es que a mí este batería me parece muy sosegado pero con fuerza y estilo propio. Pero eso es algo que deben juzgar ustedes mismos. La voz de Sproul nos indica que esta última canción, si cabe, debe tener todavía más sentimiento.
La casualidad no existe y la elaboración de un disco es más que un par de singles aburridos. Este álbum contiene grandes momentos y un montón de efervescencia, grandes influencias y gran personalidad. De seguir en esta línea en el futuro Rose Hill Drive llegarán a ser mitos del Rock & Roll, y ya no les importará que les comparen con los más grandes. Juzga tú mismo si puedes. Te dejamos para abrir boca con el vídeo de Sneak Out. Pinchando en la portada del disco entrarás en su myspace, donde podrás escuchar algo más de ellos.
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