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El domingo es el día en que el señor descansó de hacer su obra según la Biblia y todo buen cristiano debe seguir estos pretextos, y como no podía ser de otra manera, aquí pasa lo mismo, los domingos son inexistentes, son como días de relleno, son el día de luto de la semana, esta muere el sábado y el domingo es el entierro…La ciudad entera se paraliza, no hay nada abierto, ni estancos, ni panaderías, ni mercados (solo alguno medianamente grande), esta todo desierto, hasta se nota cierta paz en la calle, puedes ir hablando a volumen normal por la calle sin tener que arrimarte y poner cara de “que coño dices, tío” a tu compañero. Si a esto le sumamos que aquí, ahora mismo el otoño es inexistente (por eso es la temporada alta) ya que estamos a finales de octubre y no hace ni pizca de frío, a pesar de que la gente va con abrigos, se puede estar perfectamente en manga corta… y esto conlleva que apetezca una cerveza bien fría, una buena Nastro Azzurro, la cerveza típica italiana, que realmente esta muy buena, muy agradable de beber, suave y con sabor, pero por supuesto, es domingo, y esta absolutamente todo cerrado, por lo cual mis planes se ven truncados… Igualmente una tarde así de deliciosa requiere un paseo, un paseo por los lugares típicos, pero los típicos de la vida romana, por esos callejones donde aun tienden la ropa, y los manteles a cuadros, donde la mamma llama a su hijo gritando para que vaya a comer, que los gnocchi se enfrían...Callejones con encanto, con misterio, donde la vida se para y retrocede en el tiempo, retrocede hasta los años de la migración masiva a America, a esos tiempos de las películas de maletas de cartón y grandes barcos en busca de esperanza... Aun se respira esos aires de nostalgia, ideales para el que viaja en busca de esa roma tan típica, pero alejada de los circuitos, a pesar de estar en los propios recorridos turísticos, pero son olvidados y descartados...quizás para otro turismo mas especifico sean de interés...pero para los nostálgicos, los necesitados de lugares mágicos, tremendos estos son sin lugar a duda los ideales. Seria cansino poner aquí nombres de calles con encanto, la mejor guía que puede se le puede brindar al viajero ávido de estos lugares es darle un plano de roma e indicarle donde esta su casa y que autobús le deja en casa con los pies molidos...

Pero una recomendación seria bajar la Vía Cavour desde la estación de Termini, una de las principales calles de Roma, a pesar de ser Termini una zona muy poco recomendada, ya que hay bastante delincuencia, pero aun así, dispone de su encanto de calles rectas con pisos de época antiguos y muchos carteles anunciando productos en diferentes idiomas. A pesar de ser un barrio poco recomendable (sobre todo por la noche, aunque no piensen que les va a pasar algo, quizás solo se encuentren con algún borracho o drogadicto), se puede empezar desde este punto y bajar la Vía Cavour disfrutando del amplio paseo que es esta calle, con sus imponente Santa María Maggiore, la catedral de Roma, y con sus innumerables tiendas de todo tipo, algunas muy modernas y otras que rememoran tiempos ya pasados, vendiendo ropa 100% de los 90s a precio de oro...
Según llegamos a la mitad de esta calle, si buscamos un poco o directamente preguntamos, podemos ver "el moisés" de miguel ángel en la iglesia de San Pietro in Vincoli, que además alberga en su interior las cadenas de San Pedro...Aquí es donde comienza ya la magia, miles de callejuelas, estrechos pasadizos, escaleras, hiedra y fuentes es la tónica de este paseo, no recomendado a los escalerafóbicos. Ya llegando al final de la Vía Cavour, si nos desviamos un poco del camino, aprovechando las calles que salen hacia su derecha, podemos seguir el paseo por los callejones que se abren paso y van a desembocar al Foro Traiano y a los demás foros, con pintorescas casas, y portones, además de los típicos callejones sin salida y de dimensiones reducidas, una autentica maravilla y mas si vamos acompañados de un buen helado italiano.

Un poco mas alejados de esta zona, yendo más a la zona más turística, también podemos disfrutar de este tipo de callejuelas y rinconcitos con encanto. Podemos dirigirnos a la zona del maravilloso Pantheon, o la Piazza Navona, con sus innumerables rincones ocultos, con sus callejuelas empedradas y sus cientos de motos pequeñas pitando y pidiendo paso. Además en esta zona, siempre se puede comer bien para todos los bolsillos, por lo cual seria una buena elección, ya que hay cientos de pizzerías y tavolas caldas (pizza al corte, pero con sitio para sentarse, sin cobrar servicio de cubierto) además suelen ser pizzerías a buenos precios, con bastante tradición y sobre todo con buenas vistas, además por aquí, se dejan ver siempre las romanas luciendo modelito. Por supuesto también podemos encontrar restaurantes de mas categoría y por supuesto mas precio, llegando incluso a ser desorbitado, en la Piazza Navona se encuentra uno de los mas caros de toda Roma, por lo que recomiendo se mantengan alejados, ya que en las calles paralelas se come por la décima parte y bastante bien y con el mismo encanto, ya que esa es la baza con la que juegan este tipo de restaurantes, además como detalle, casi siempre hay músicos callejeros de un gusto exquisito tocando buenas piezas de todos los estilos, por lo cual siempre es un buen momento para tomarse un refrigerio y echar unas monedas a estos sufridores. Supongo que después de disfrutar de este ligero paseíto, la noche ira cayendo en esta ciudad, por lo cual seria un momento estupendo para visitar la fontana di Trevi de noche, ya que "suele" haber menos gente, y por supuesto tirar la monedita, para volver a la ciudad, ya que eso es lo que dice la tradición. Si andamos un poco mas, podemos ver de noche, el templo de Adriano, que de noche, es una maravilla, una construcción un tanto atípica, pero común en Roma, ya que es mitad edificio romano y mitad edificio mas o menos moderno, lo cual le da un toque extraño, al igual que al teatro Marcello, algo mas alejado de esta zona.

Poniéndonos en las cuestiones diarias, me doy cuenta de que la tierra siempre se hecha de menos, es un concepto que poco a poco voy asimilando, no te das cuenta de cuanto hechas de menos a alguien o algo, hasta que no dejas de tenerlo cerca, y esa es la sensación que tengo ahora mismo en mi, una constante neblina esta cerca de mi cabeza recordándome de donde vengo y que es lo que hacia allí… Cada vez que oigo hablar a alguien en castellano, se me encienden las antenas y sintonizo, y busco alguna muletilla en su vocabulario para adivinar de donde es, sus gestos y su forma de hablar, intentas mantener una conversación bajo sospecha de parecer un violador o un estafador, con esperanzas de que esas personas hagan algo, salgan, vayan a ver algo, para tu poder aportar tu pequeño granito de arena, y contribuir a que su viaje sea un poco mas enriquecedor…curioso pasatiempo el mío, aunque para eso estoy aquí, para ayudar a los viajeros...
A pesar de ser una ciudad "puntera" "moderna" y turística, aunque para gusto esta anclada en los años 80, no deja de ser un caos sin piedad como bien dije en su momento...Como anécdota, puedo contar acerca de una familia de británicos hindúes, que vinieron de vacaciones a Roma para conocerla y tenían una reserva en el hotel donde trabajo, pero esta reserva nunca llego a realizarse, ya que fue cancelada, ya que la tarjeta de crédito de esta persona no tenia fondos para poder afrontar la reserva, y el propio sistema de reservas de los hoteles romanos cancela este tipo de reservas (encima sin preaviso, así que tengan siempre a mano su tarjeta con fondos)...el problema vino cuando se les comunico que no había reserva y que no había habitación disponible, ya que es temporada alta y además es el festival de cine de Roma y es "tutto pieno", al enterarse de este hecho, el pobre señor se puso blanco, comenzaron a brotar lagrimas y a soltar palabras sin sentido que atribuiría o bien a la madre de las tarjetas de crédito, o bien a la madre del hotel o bien rezaría a Shiva para que se solucionara, y para eso estaba yo ahí...pedí permiso para hacer un par de llamadas y al cabo de una media hora larga, pude darles la noticia de que había encontrado un hotel. Dicho esto, nos pusimos manos a la obra y les acompañe hasta la puerta del hotel, y entre lagrimas de alegría y gritos, me fui bendecido por todo el panteón hindú a proseguir con mis cuestiones diarias, ya que esta vez, estoy preparando un pequeño reportaje sobre una de las tiendas mas antiguas de instrumentos de roma, con 100 años de antigüedad, por supuesto con buen material, para todos los gustos.
Después de esto, llega la hora del almuerzo, y de la llamada a los seres queridos, el momento locutorio esta cerca, el momento que más deseas de todo el día, el momento para saber de tu amada, de tu familia, de tus amigos, de tu mundo... Te acercas a un locutorio y contactas con ellos, y ya te invade la tristeza y la morriña no solo por el hecho de hablar con tus parientes y amigos, si no por el hecho de estar en una comunidad de exiliados, de gente que esta lejos de su tierra, de gente que entra en un locutorio y hace que desaparezcan las barreras, gente que cuando ve una lagrima en el rostro convierte tu lagrima en la suya, y el apoyo que te brinda, aquel desconocido, es el consuelo que te queda de que hay gente que vive como tu, que a pesar de tener la piel distinta o hablar otro idioma, o tener otra religión, sufre por no poder ver a los suyos ni estar junto a su amada. Realmente cuando se viaja, uno se da cuenta de lo difícil de esta vida, de la supervivencia. La lucha constante por salir adelante y no quedarse en el intento, muchos veces me doy hasta vergüenza, al quejarme de cómo lo estoy pasando, sabiendo que hay gente que lleva diez años o mas sin poder ver a su “hermanito”, aquel que dejo cuando comenzaba a andar y ahora será todo un joven pillo, que como su hermano, también querrá sobrevivir y saldrá al encuentro de su hermano... y pensar que yo soy una miguita y ellos son una buena hogaza de pan…
No se que hora será... pero el tiempo aquí corre distinto. Las horas son mas largas, los días cunden mas para quien los aprovecha, también es cierto que el día muere antes. Para mi, ahora mismo, la vida se mueve al compás de las canciones, para mi una hora se compone de doce canciones. Doce canciones de lo más variado, desde el quejumbroso lamento de Tom Waits hasta el animado vaivén de los peinados de los Whitesnake.

Sacando el lado positivo de la situación, experiencias como estas, hacen que crezcas, espiritualmente, musicalmente y personalmente. Espiritualmente por que tiendes a encontrar el consuelo, el apoyo, en algo que descubres, y no puedes tener, algo así como encontrar a dios, pero un dios terrenal, de nota y sonido... de ahí pasamos al crecimiento musical ya que encuentras algo en la música, que hace que te acompañe, que se amolde a cada situación , creando un vinculo y una transformación interior asimilando otras músicas, otros artistas, otros matices que se esconden de la simple escucha tradicional, que finalmente te transforma personalmente, haciéndote fuerte en todas las situaciones y supongo que encontrando lo que se llama la madurez...es como decían antiguamente, o maduras a hostias, o te vas a la mili, supongo que esto seria como ir a la mili. Suena todo muy wagneriano la verdad.
Hoy, los rayos del sol inciden bien sobre Roma, está rabioso, está empeñado en hacer un buen día, y lo está haciendo, supongo que esta aparente madurez, hace que sienta cada vez, no un confort, pero si una sensación de (falsa) ataraxia (va por Baroja), creando un estado mental de relax total y desconexión absoluta del mundo, salvo por dos aspectos, mi gente y mis cachos de madera barata con cuerdas, es algo que no me lo puedo quitar de la cabeza…¿Se habrán acordado en casa de aflojar las cuerdas? ¿Se habrán acordado de descolgarlas?
Aunque como todo, el GAS siempre esta presente, y mi cartera no invita al despilfarro, espero que Helio se solidarice conmigo y me ingrese el cheque multimillonario por escribir esta bazofia (jejeje), todo esto, mientras suena “Fools Gold” de Spiritual Beggars