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Hola amigos, hoy me he desayunado con dos noticias de prensa totalmente contradictorias. Por un lado, el Parlamento Europeo ha decidido extender las leyes de protección de datos a las redes sociales (Facebook, MySpace y otras), para entorpecer la libre circulación de Cultura. Tal como dije ya en otro artículo, desde Bruselas se pretende implantar normas que obliguen a los operadores de Internet a actuar como verdaderos policías controlando descargas y contenidos considerados ilícitos. Al parecer ese es el imparable camino, aunque muchos, seguimos pensando que estamos simplemente ante un torpe y vácuo intento de poner puertas a Internet para proteger los intereses de las multinacionales. En esas nuevas normativas, hay referencias a la lucha contra el Spam, pero eso demuestra una vez más que no se enteran: Es ridículo plantear denuncias contra Spam, ya que esa lacra que crece exponencialmente cada año, proviene de países sobre los que no tenemos  ni poder ni control alguno.

Por otro lado, en otra noticia de prensa, leo con asombro, y por supuesto con gran alegría, que algunos paises del tercer mundo han conseguido no solo rentabilizar fenómenos como el top manta, sino que han convertido lo que antes era una lacra, en una lucrativa fuente de ingresos para muchos grupos musicales que viven honradamente de su trabajo.

Vivir para ver: Mientras en Brasil la industria discográfica se ha largado con viento fresco, los artistas brasileños se han aprovechando de Internet y del tan denostado top manta aportando ideas innovadoras que permiten vivir a  más de 50.000 bandas musicales de los más variados estilos que navegan viento en popa en aguas por fin libres de los tiburones discográficos.

El truco no podía ser más sencillo: Yo, grupo musical, hago un disco, lo produzco y se lo regalo a la red de vendedores de Top Manta. Estos venden mi disco por dos euros, y se quedan con el importe íntegro de la venta (Todo es legal ya que no se venden copias piratas porque mis discos son originales).  Esa acción me hace una enorme publicidad que luego rentabilizo actuando en conciertos donde alcanzo grandes llenos. Encima, cuando ya me he ubicado en cierto nivel de aceptación popular, edito de nuevo ese mismo disco que antes he regalado, y le añado un atrativo envoltorio, lo firmo, le pongo algunos cortes más, y  yo mismo lo vendo exclusivamente en mis conciertos a un precio razonable. La rentabilidad queda más que asegurada para mi banda, sin salirnos ni un ápice de la legalidad:  Tanto el Mantero como yo, comemos sin infringir ninguna ley al vender mis producciones, y  todos tan contentos. Eso me permite vivir decentemente de mi trabajo como músico por una sencilla razón: El intermediario (lease la industria discográfica) no entra en ese juego para nada y no se lleva como siempre el 90% de las ganancias. Es el eslabón que me he saltado como grupo que soy, y gracias a eso, mi profesión ha pasado a ser viable, rentable y reconocida. Evidentemente, toda esa producción musical está disponible en sitios de Internet donde se puede descargar de forma totalmente gratuita. 

Es algo tan sencillo como el huevo de Colón, solo había que pensarlo, implantarlo y darle forma. Con este tipo de distribución que está haciendo estragos en Brasil, ya las discográficas tradicionales se han ido con viento fresco, nunca se ha producido tanta música gratuita y de calidad como ahora, y encima, centenares de miles de músicos viven decentemente de su trabajo.

No he podido resistirme a escribir esto, porque creo que no solo nosotros como aficionados o profesionales, sino sobre todo nuestros políticos deberían de tomar muy buena nota de lo que en este país considerado tercermundista, se ha conseguido desarrollar con la ayuda de Internet, y el ingenio de las personas.

Por otra parte en lo que se refiere al cine, en Nigeria ha surgido una nueva línea de producción: Nollywood , es decir no platós  no productores, no estudios, no grandes figuras, pero si un cine fresco que goza de una salud de hierro al ser económicamente rentable. Hasta el punto de que aparecen 1200 películas al año que alcanzan cifras de distribución que ya quisieran para si muchas productoras europeas atadas por sus elevados costes, sus figuras y sus subvenciones que pagamos entre todos.

Mientras, en Bruselas, nuestros representantes intentan proteger oscuros intereses y defender lo indefendible, consiguiendo con ello, que solo una élite de nuestros músicos pueda sobrevivir actuando como mercenarios en grupos comerciales.  Bravo, si esa es la manera de defender la música en Europa, mejor será que se den una vuelta por Brasil a ver si aprenden algo... 

Encima, nuestro querido cine Europeo, enfermo a más no poder, solo sobrevive gracias a importantes protecciones y subvenciones que todos pagamos (como siempre). Otro éxito de esa política de subvención al mundo de la cultura, dando dinero público para películas que ni siquiera llegan a estrenarse en más del 50% de los casos.

 Las dos noticias a las que me refiero: Sobre el parlamento europeo aparecida hoy en la edición digital de La Vanguardia (pincha para leer). La noticia sobre la alternativa musical en Brasil y el cine en Nigeria es un excelente trabajo realizado por José Luis de Vicente, publicado hoy mismo en el diario ADN.es (Pincha en el enlace para leerlo) Espero que esta última noticia, os guste tanto como a mi.