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IMITACIONES DE GUITARRAS En este artículo veremos las principales causas por las que, a mi entender, se fabrican imitaciones de guitarras sean éstas “legales” o por el contrario falsificaciones que deberían ser perseguidas por la ley. No pretendo con este artículo más que dar mi modesta opinión a este respecto, y ni mucho menos molestar a luthieres o puristas del sonido. Partimos de la base de que los instrumentos musicales, en nuestro caso las guitarras, son también a mi modo de ver muy caros. Sinceramente creo que ninguna guitarra vale los miles de euros que son capaces de pagar algunos simplemente porque tengan historia o porque estén hechas por tal o cual luthier o de tal o cual otro material. Es quizá esta la principal causa de que se hagan imitaciones o copias falsas de las grandes marcas de estos instrumentos musicales. Las marcas mas copiadas por los falsificadores son Gibson, Ibanez y Fender aunque virtualmente no se libra ninguna marca que posea un modelo emblemático.
Por lo general las mejores, o al menos más similares con las originales falsificaciones provienen de China aunque últimamente las alemanas no están a tanta ventaja como hace unos años. Hay decenas de páginas que ofrecen guitarras eléctricas de marcas de prestigio a precios de ganga (en este artículo no vais a encontrar ni un enlace a alguna de estas páginas). Hay decenas de mensajes en foros como los de Guitarramanía (http://foros.guitarramania.com) en las que algunos usuarios, que no se han enterado aún de que nadie da duros a dos pesetas (o traducido a la época actual, euros a cincuenta céntimos) piden la opinión de otros para saber si la guitarra de gama alta que le ofrecen a precio de escoba con cuerdas es original o se trata de una copia. Al usuario de instrumentos musicales le ha de quedar claro que nadie, y enfatizo NADIE, da un euro a cambio de cincuenta céntimos. No digo que no existan los chollos, o que alguien que desconoce el valor de su guitarra la venda por un precio bajísimo. A mi me pasó hace treinta años con una Fender Jaguar. La cambié por un amplificador Talmus y un bajo Telstar (una escoba de cuatro cuerdas), pero esto no fue sino producto del desconocimiento del valor real de aquella guitarra (o de cualquier otra) y de que la Fender Jaguar me parecía de lo más feo en diseño (por este orden). A día de hoy, la mayoría de gente que dispone de una guitarra eléctrica conoce su valor. El que compra una guitarra “Zipy” en MediaMarkt, Carrefour o tiendas de segunda mano sabe perfectamente que tiene un palo de escoba con seis cuerdas y sabe perfectamente de su valor de mercado, es decir, no más de 40 Euros. ¿Y por qué se hacen tantas falsificaciones? LOS DISTINTOS “ITIS” DEL INSTRUMENTISTA Y OTROS CUADROS 1.- Marquitis. Se conoce como marquitis el fenómeno producido en el cerebro del instrumentista por poseer, en nuestro caso en la pala de nuestra guitarra o bajo eléctricos, una marca comercial de reconocido prestigio impreso en la misma. Si a esta marca la acompaña un texto del tipo “Custom Shop” o “Custom made” ya es el no va más. Para el afectado por este síndrome no es lo mismo que en la pala de su guitarra ponga Gibson a que no ponga nada. O que ponga Fender o Ibanez a que la pala de su guitarra esté sin marca comercial conocida. Este síndrome no ha de confundirse con el llamado “síndrome del vacileta” el cual consiste en poner la misma marca comercial de prestigio pero a sabiendas de que se notará la diferencia entre su instrumento y el auténtico de la marca registrada, aunque es cierto que algunos eruditos en esta materia consideran el “síndrome del vacileta” como el principio de una marquitis que, de no ser tratada a tiempo, bien contrarrestada por el G.A.S (Guitar Adquisition Syndrome / Sindrome de Adquisición Guitarrero) o por la limpieza de cualquier vestigio que hiciese suponer “síndrome del vacileta” en la pala de la guitarra o bajo, puede desencadenar desconocidas consecuencias para el afectado. No se hablará de estas por desconocidas. 2.- Idolitis. Este síndrome es curioso, ya que se considera el afán por sonar igual que tu ídolo musical, lo cual es imposible. Para el afectado de idolitis la teoría que acabo de dar no es correcta. Es posible sonar como tu ídolo musical, ya sea SRV, Clapton, BB King o el mismo Hendrix. En una antigua entrevista a Steve Ray Vaughan le preguntaban por la forma de tocar de Clapton, y de si sus estilos eran distintos en un claro intento de comparar a ambos guitarristas. Steve respondió “tenemos el mismo estilo. Mientras Clapton hace vibratos yo hago bendings”. 3.- Construccionitis. Este motivo es quizá de los mas extraños e incomprensibles hoy en día, a menos que hablemos de un oriundo de los Estados Unidos de Norteamérica, en cuyo caso a la construccionitis hay que añadir el incomparable honor de tocar un instrumento “made in USA”. 4.- Los precios. Tal como he expresado anteriormente no creo que ninguna guitarra o bajo valgan los capitales que algunas marcas piden por ellos. No quiero decir con esto que no sean mejores instrumentos que tales otros, sino que no creo que valgan ese dinero que piden. Y no lo creo porque la construcción de los mismos está tan estandarizada que solamente cambia el tipo de madera empleado en cada uno de los instrumentos y los componentes de hardware de estos. No es lo mismo un puente Fender, que ponga Fender, que un puente Wilkinson que son los que fabrican algunos puentes Fender, en el cual no pone Fender, sino Wilkinson. El Fender es más caro. ¿Por qué? Me remito al primero de los motivos: marquitis. Asimismo no es igual el fresno del pantano americano que el fresno europeo. ¿Por qué? Porque para los puristas del sonido no tiene la misma resonancia ni el mismo tono. Y pregunto yo... si le damos una American Stratocaster Standard y una Stratocaster MIM similares en componentes a Clapton ¿no sonará a Clapton? Pues aunque suene igual la American Standard será más cara porque es Made in Usa. Y no será más cara solamente por los costes de construcción y de material, sino por construccionitis. Antonio Machado (el cual no fue, es ni será Santo de mi devoción) escribió: “Todo necio confunde valor y precio” pero yo no estoy tampoco de acuerdo con esa frase. El precio es algo tangible, mientras que el valor no lo es. El valor puede ser diferente para cada uno de nosotros, y el precio... es el precio. Y más aún en estos tiempos que corren. Tampoco estoy defendiendo que un puente de 20 Euros sostenga la afinación y contribuya a la estabilidad del instrumento de un modo igual a uno de 60 Euros. Esto sería una mentira, además de indefendible (por experiencia propia con ambos puentes). Y dicho esto... ¿COMO SABER SI LA GUITARRA QUE ME OFRECEN ES AUTENTICA? Bueno, esto es más fácil de lo que parece. Basta seguir unos pasos simples y conocer un poco las “segundas marcas” de los diferentes fabricantes. Aquí os detallo algunas: Epiphone: Segunda marca de Gibson. Actualmente fabrican en Corea e Indonesia. Squier by Fender: Esto lo dice todo. El logo grande pone Squier y abajo en pequeño “by Fender”. Tribute by G&L ó G&L Tribute Series: Tampoco hace falta aclarar mucho. Las primeras ensambladas en Japón. Las segundas en Corea o Indonesia. En las primeras la palabra “Tribute” va en grande y abajo “by G&L” y en las segundas está en grande el logo G&L y debajo pone “Tribute Series”. OLP: Segunda marca de MusicMan. LTD: Segunda marca de ESP. Jasmine: Submarca de Takamine. Applause by Ovation: Al igual que en Squier o Tribute, poco que decir. Y ahora otras aclaraciones a tener en cuenta: Fernandez no es Fernandes. La segunda es una marca japonesa. El primero es un apellido castellano. SX no es submarca de Fernandes. Washburn no es submarca de nadie. Leonard no es segunda marca de Washburn ni de ningún otro fabricante. Modulus, SRV, Kramer ó Hendrix son marcas genéricas de guitarras. Es decir, las hace el mismo chino o algún compadre suyo, para entendernos. Dicho esto, mis recomendaciones son las siguientes: 1.- Asegurarte de que el modelo que te ofrecen existe en esa marca. Por ejemplo, si te ofrecen una Fender Ludorfcaster deberías desconfiar del vendedor por dos motivos: Fender no tiene ningún modelo llamado así y yo no he dado patente basado en mi apodo a ningún fabricante. 2.- Una Fender del 54 o una Gibson del 52 cuestan lo que cuestan. Si una guitarra cuesta habitualmente 2.000 Euros, desconfía del que te la vende por 400. "Pero es que el tipo tiene necesidad de dinero urgente porque ha de viajar a Inglaterra y no puede dejar aquí la guitarra..." Mejor me lo pones. Desconfía más aún. 3.- Existen decenas de guías en Internet para saber si una guitarra es auténtica o se trata de una copia falsificada. Lo más habitual es pedir fotos al comprador, tomar nota del número de serie y escribir correo al fabricante con las características de la guitarra y el número de serie en cuestión. Las fotos habituales, y donde se puede ver si una guitarra es falsa o es auténtica, son la unión mástil-cuerpo, la pala, la parte trasera de la guitarra y los últimos trastes del mástil. El hardware también es importante (puente y clavijero). Habitualmente el fabricante responderá a tu pregunta con mucho gusto, ya que están interesados directamente en que no te cuelen una copia falsa. 4.- Mercados como eBay son un campo de trigo de falsificaciones de guitarras. En el mismo eBay puedes encontrar guías escritas por usuarios de los foros de Guitarramanía (si no me equivoco Freebird tiene alguna publicada) que explican mucho mejor que yo como detectar una guitarra falsa. Y aquí acaba mi opinión acerca de este tema. Recuerda: nada de marquitis, poco de idolitis y escasa constuccionitis son claves para que disfrutes de tu instrumento musical tanto como esperabas hacerlo cuando lo compraste. Y por supuesto, mucho de SRV, Clapton, BB King y Hendrix. Saludos, Antonio “Ludorf” Sánchez. |
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