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 Para muchas personas, el hecho de adquirir un amplificador valvular representa un importante desembolso y un paso cualitativo en la implementación de su equipo. Muchos de los que adquieren semejantes artilugios suelen desconocer las razones de su alto coste, y por regla general atribuyen el sobre-precio al hecho de estar pagando un producto exclusivo y por consiguiente, reservado a los más pudientes.
Nada más lejos de la verdad. Dentro de los amplificadores Valvulares existen múltiples razones que incrementan su precio, aunque no en todos los modelos y tampoco en todos los tipos de valvulares.
Básicamente existen dos distinciones que entendemos normales: Por un lado aceptaremos el hecho que sea más caro por ser un amplificador exclusivo de boutique, y por otro lado, también se pagará el cableado punto a punto, que por definición requiere la intervención manual de un técnico. Sobre eso existe cierto halo de misticismo, pues no siempre un cableado basado en un circuito impreso es peor que el punto a punto. No hay razón técnica que justifique que un punto a punto sea mejor. Solo es un proceso manual, si hilamos fino, la comparación podría hacerse con el cuerpo de una guitarra cortado a mano por un Luthier comparada con un cuerpo cortado por una máquina de control numérico. Casi seguro que todos preferiríamos la cortada por la máquina CNC, pues lo que marca la calidad no es el corte manual, sino la madera empleada y su tratamiento.
Hasta aquí no hemos dicho nada nuevo para el 99% de los lectores. No obstante, aunque dichos argumentos de peso intenten justificar los precios, la cosa no siempre va por ahí...
El que un amplificador sea exclusivo y por consiguiente un producto considerado de boutique, no significa que sea tres veces más caro por ese mero hecho: En la actualidad el término boutique está devaluado, se utiliza sin ton ni son, y nos encontramos con productos considerados de boutique que aún siendo de excelente manufactura no entregan necesariamente el sonido extraordinario que esperamos de ellos. Básicamente el sonido o tono del amplificador viene marcado por dos parámetros: El Diseño del circuito (llamado Layout) y la calidad de sus componentes. Puede que el amplificador sea de un diseño novedoso y revolucionario, y puede que lleve componentes dignos del transbordador de la NASA, pero esos parámetros no significan en absoluto que se adapte a nuestro instrumento y nuestra forma de tocar. Por consiguiente, será o no será realmente exclusivo, pero si no nos gusta su sonido, por muy caro que sea, no se adapta a nuestros gustos y deja de ser la panacea. No olvidemos que hay infinidad de músicos profesionales de altos vuelos que tocan con amplificadores clásicos de serie, porque el modelo concreto que utilizan es el que más les satisface al oído.
Evidentemente, un circuito diseñado con los mejores componentes convenientemente emparejados entre si, entregará lo mejor de si mismo, PERO una vez más hay que decir que lo que marca el comportamiento y carácter de un amplificador es su diseño. Por muy bien hechos que estén, un amplificador de estilo AC-30 nunca va a sonar como un Marshall y menos aún como un Fender. Empezar a discutir cual es el mejor es una pérdida de tiempo similar a liarnos a discutir si es mejor un guitarra de mástil atornillado equipada con singles o una Les Paul Estandar que viene con Humbuckers. Son dos mundos diferentes y cada cual tiene su propio carácter cuya definición nunca debe entrañar calificativos del estilo mejor o peor producto. Lo dejaremos en que responden a unas necesidades totalmente diferentes, y punto.
Dicho todo esto, que es lo que marca el precio de coste ?
Lo que realmente marca la diferencia de coste en la construcción de un amplificador valvular y otro transistorizado es el hecho de que el valvular funciona a altas tensiones, ya que los tubos de tipo EL34 (por ejemplo) necesitan 800V de tensión de placa en corriente continua, así que ese amplificador requiere forzosamente un transformador de calidad que permita subir la tensión del sector eléctrico (220V en España) a esos voltios: Ese transformador, además de permitir subir la tensión tiene que ir acompañado de otros componentes capaces de hacerlo bien, por lo que necesitará un diseño de valores adecuados para que dicha corriente continua no contenga rizos y salga lo más estable posible. Tal como podemos imaginar la salida de placa de las válvulas de potencia necesitarán a su vez otro transformador de salida: Los 800V de salida de los ánodos de esas válvulas reventarían cualquier altavoz. Así que hará falta otro transformador de alta calidad que permitirá bajar esa tensión a muy pocos voltios pero con más corriente para poder adaptarse a la impedancia de una caja. Ese circuito a su vez es bastante costoso, y no tiene nada que ver con un circuito de etapas transistorizadas: En un amplificador a transistores la corriente necesaria puede ser de 12V o 24V, así que basta con bajar la corriente del sector, y luego a la salida de la etapa de potencia, ya se conecta directamente el altavoz. El ahorro en componentes es enorme, solo en transformadores la cosa baja drásticamente, sin hablar de todos los demás elementos necesarios para que las válvulas funcionen.
En relación a las válvulas, salvo que usemos tubos NOS (carísimos), podemos optar por válvulas actuales, pero su precio sigue siendo alto. La producción sale casi a precio de peso de fábrica, PERO antes de salir al mercado de la amplificación, se requiere un alto control de calidad, muchas válvulas quedarán descartadas, una vez seleccionadas las de mejor calidad, cuando sean para etapas de potencia se tienen que emparejar y ese costoso proceso incrementa considerablemente su precio.
Por todas estas razones, es casi imposible encontrar un amplificador valvular decente a precio bajo. Otra cosa es que algunas marcas incrementen considerablemente su precio por razones de mercado abusando del halo de misticismo que rodea esos amplificadores. |
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