Hacia 1904, el científico británico John Amborse Fleming mostró una nueva implementación de una bombilla que permitía transformar una corriente alterna en continua. El famoso DIODO de Fleming se basaba en el efecto encontrado por Thomas Edison hacia 1880, al cual Edison no había encontrado utilidad alguna. Evidentemente, las primeras pruebas de iluminación eléctrica se hicieron sin bombilla, es decir con un cablecito metálico por el que pasaba la corriente, el problema es que al estar en contacto con el oxígeno, su alta temperatura le hacía quemarse y oxidarse hasta finalmente romperse al cabo de escasos segundos. Por eso mismo, el verdadero invento de Edison no consiste en calentar un trozo de metal con electricidad, cosa que ya habían hecho muchos antes que él. Su verdadero invento consistió en estabilizar ese proceso de generación de luz al meter ese filamento dentro de una bombilla de cristal sometida al vacío. Con lo cual ya no había oxidación, ni molestas moléculas de gases que pudieran chocar con el filamento y afectar negativamente a la vida de la bombilla que pasó a ser un producto estable, vendible y funcional.
La historia de los avances científicos, nos demuestra que muy a menudo, nacen de la casualidad: Edison se dió cuenta que en una bombilla de iluminación potente, antes de agotar su vida útil, se producía el efecto extraño de una coloración oscura de su cristal interior, hasta casi invalidar su utilidad, pues se volvía prácticamente opaca. Es necesario decir que esas bombillas (al igual que las actuales) llevan un filamento (especie de bobina) de tungsteno por el cual pasa la corriente eléctrica que provoca un enorme incremento de su temperatura hasta llegar cerca de los 2400º, es decir una temperatura cercana a la temperatura de fusión del tungsteno. Eso hace que el filamento se ponga intensamente blanco, generando así una fuerte iluminación. Mientras buscaba como paliar ese problema de ennegrecimiento, ya Edison llegó al convencimiento que los electrones desprendidos por la alta temperatura del tungsteno eran los que perdidos en el vacío de la bombilla se depositaban sobre sus paredes. Eso cambió algunos axiomas dados por buenos: Por aquel entonces se empezó a desmontar todas las teorías iniciales que decían que la corriente eléctrica circulaba desde el polo positivo al negativo. Eso nunca ha sido cierto porque los electrones son cargas negativas de electricidad que gravitan al rededor de los átomos, y se desprenden con mayor o menor facilidad indicando así, si un material es buen conductor de corriente o no. Su desplazamiento siempre va de donde más electrones hay a donde menos hay, con el fin de equilibrar su presencia, así que los electrones circulan desde el polo negativo al polo positivo. De eso se dio cuenta Edison cuando se percató que si ponía una fuente de corriente entre el filamento de la bombilla y un nuevo electrodo metido en ella y sometido a tensión positiva (en relación al filamento), esa nube invisible de electrones que acababa por ensombrecer la bombilla, era atraída por ese nuevo electrodo y se producía una circulación de corriente dentro de la bombilla que era siempre en la misma dirección: Desde el filamento incandescente que sometido a un intenso calor desprendía electrones que iban a parar donde menos habían que era precisamente ese nuevo electrodo. Aún así, Edison no sopo que hacer con eso. Lo documentó, pero abandonó esa línea de investigación. Lee de Forest, supo no solo usar esa funcionalidad al convertir una bombilla más ese electrodo que se llamó plate o placa, en un DIODO rectificador que convertía la corriente alterna en continua (cosa hecha ya por John Ambrose Fleming en 1904), sino que encima investigó varios experimentos que le llevaron a poner un electrodo más entre el filamento y la placa comprobando que ese nuevo electrodo que llamó grid o rejilla afectaba enormemente a la corriente que pasaba del filamento a la placa. Ante ese fructífero y aparentemente revolucionario invento, Lee de Forest se dio prisa en patentar su bulbo electrónico en 1907, es decir el padre del actual triodo. Podemos pues decir sin lugar a dudas, que Forest fue el primero en sacar provecho a una bombilla que tenía un electrodo además de su filamento, y pudo demostrar que esa bombilla convertía la corriente alterna en continua ya que solo dejaba pasar los electrones en una sola dirección. Muchos habían intentado sacarle provecho a esa extraña funcionalidad del electrodo adicional, pero solo Lee de Forest en 1907 fue capaz de aprovecharlo y demostrar su utilidad. También podemos afirmar que en 1907, Forest introdujo un nuevo componente llamado rejilla (grid) situado entre el filamento y el electrodo (positivo) que atraía los electrones (que se llamó plate o placa) y patentó el invento, ya que este hombre descubrió en la práctica que si conectaba la antena del nuevo telégrafo sin hilos de la época a esa rejilla obtenía una mayor potencia de recepción. En pocas palabras acababa de descubrir el triodo y su efecto amplificador. Ese dispositivo valvular bautizado con el nombre de Audion fue realmente el primer amplificador funcional que ha servido de molde a todo lo que posteriormente se ha desarrollado en ese campo. Así que hoy podemos decir que la válvula amplificadora cumple exactamente 101 años en 2008. Demos pues gracias al señor Lee de Forest, el padre del triodo y en desencadenante de infinidad de aplicaciones hoy más vigentes que nunca. |