Se puede responder seriamente a la ya legendaria y famosa pregunta que surge en todos los foros: ¿Si le pongo pastillas Gibson a mi Epiphone, sonará igua que una Gibsonl? Bueno, para muchos es evidente que NO por una sencilla razón económica, por consiguiente, la respuesta razonada suele ser: No pueden sonar igual una guitarra de 700€ que otra de 3000€. Bueno ( piensan algunos) y porque no ??? Bien, es cierto que en el mercado se pueden encontrar guitarras de tipo Les Paul muy decentemente acabadas y con sonidos que van a la par con su acabado, como por ejemplo las Tokai o las Edwards (por citar solo a dos marcas asiáticas). Entonces a muchos les surge la eterna duda: ¿Pagamos realmente por lo que suena y como suena un instrumento? La respuesta coherente es NO, y paso a explicarlo con detalle.
Hay marcas que buscan hacerse un hueco en el mercado y destinan el 99% de sus recursos a construir instrumentos cuyo precio se ajuste lo más posible a lo que paga el cliente, mientras otras que están ya en el podio de las más conocidas, deben destinar a veces desde un 20% a un 30% (e incluso más) a mantenerse en su posición dominante, asistiendo a todo tipo de eventos como el NAMM gastándose verdaderas fortunas en aparentar lo que son: Los líderes del mercado. También esa es una ley que parece inamovible, y es la de la ostentación: Nadie que esté en posición dominante se puede permitir el lujo de no tener un Stand de los más caros en los eventos señalados, so pena de pasar por una marca con problemas económicos y/o de viabilidad. Hay que procurar ser el mejor y más grande en todo: Aunque sea en gastos suntuosos, que luego pagaremos los compradores en forma de recargo sobre lo que realmente se nos ofrece a la venta. Como todos sabemos que el dinero no cae de los árboles, podemos deducir que cuando compramos algo de una marca que destina un 25% de su presupuesto a Publicidad, no hace falta un master en económicas para deducir que ese 25% va incluido en el precio de nuestra compra. No obstante, el problema asociado a la marca Epiphone no es exactamente ese: La Marca ephiphone tuvo sus momentos de gloria cuando pasó a ser un referente para muchos músicos de altos vuelos. No olvidemos que hasta los Beatles usaban Epiphone y no era por no poderse permitir una Gibson, era sencillamente porque Epiphone daba una calidad muy elevada por un precio irrisorio si se compara con las Gibson de su tiempo. El problema de calidad en la marca Epiphone surge cuando es comprada por Gibson en un acto de estrategia realmente muy inteligente. Cualquier empresa potente que ve amenazadas sus ventas por una empresa asiática, se plantea siempre eliminar por todos los medios a su competencia, es lo más lógico y barato. Cuando por las razones que sean, le resulta imposible alcanzar su meta, entonces compra a su competencia, conservando (por supuesto) la marca, y la convierte en lo que quiere que sea, que por algo es el dueño. Bien, llegados a este punto, ya que todos sabemos que Epiphone no es más que una sub-marca de Gibson, ¿¿¿Podemos realmente creer que son construcciones iguales, y que con un simple cambio de pastillas van a sonar igual ??? Pues no... es imposible por una sencilla razón: Si bastara con comprar una Epiphone y gastarse luego 300€ en renovar la electrónica, quien tendría serios problemas de mercado sería Gibson, y no Epiphone. La cuestión es otra: Epiphone goza de las mismas maquinarias y tecnología que Gibson, pues es su filial, y probablemente se la provea de todo lo necesario para hacer buenas guitarras, pero en la estrategia de Gibson está implícito un hecho que es evidente: Cuando un cliente va a probar a una tienda y le sacan una Epiphone y luego una Gibson, tiene que notar la diferencia y decantarse por Gibson (si su bolsillo se lo permite). Esa es la meta de Gibson, por consiguiente, aún teniendo los medios, procurará que los acabados no sea iguales, que la electrónica deje mucho que desear y que las pastillas sean realmente un truño al lado de las Gibson, porque le va la vida empresarial en ello. La realidad del mercado es muy sencilla, si yo Gibson dueño de Epiphone vendo guitarras que cuestan desde 500€ a 12000€ debo de dejar bien claro tanto en acabados como tocabilidad y sonido, esa diferencia de precio, o no podré sobrevivir como marca. Por esa sencilla razón de mercado y no otra, cuando alguien con escaso presupuesto quiere una guitarra de tipo Les Paul, solemos recomendar en nuestros foros que busque marcas alternativas en lugar de irse a la filial barata de Gibson, porque ahí lo único que va a encontrar es un montón de guitarras especialmente hechas para sonar lo peor posible en relación a su precio, ya que la marca Madre no se puede permitir el lujo de que suenen bien y le hagan sombra. No obstante, hay que reconocer que Gibson no ha querido nunca manchar su nombre mezclándolo con construcciones que no sean exclusivamente Made in USA. Epiphone es Epiphone, lo dice claramente en la pala, y apenas en la campana que tapa el alma, suele poner "By Gibson". Esa es una estrategia como otra cualquiera, ya que el otro gigante: Fender, no ha tenido problema alguno en dejar que su marca salga en sus productos MIM (Made In Mexico) o Made In Corea. Todo el que desee tener una Guitarra en la que salga la mítica palabra FENDER en la pala, puede optar por conseguirla nueva a partir de los 250€ (Coreana) pasando por un rango de precios razonables (entre 300€ y 800€ en su producción mexicana), y ya sin límite de precio en las Made in USA, ya que algunas de sus Custom Shop Master Builder puede llegar a costar fácilmente 30.000€ o incluso más: Todo depende de si uno quiere que le hagan una guitarra con ciertas especificaciones y que se la monte el mejor Master Builder. La diferencia en este caso entre Fender y Gibson es una pura estrategia de mantener o no el nombre impoluto. Por lo demás, ambos gigantes han optado por hacer sus mejores y más caras guitarras en USA, y mandar expresamente hacer guitarras de muy inferior calidad en sus filiales mexicanas o asiáticas, de manera a dejar siempre bien claro que la calidad de sus filiales es muy inferior a la de su buque insignia que es y será siempre el de las guitarras ataviadas con el logo: Made In USA. Así son las cosas, y así lo serán siempre, porque en un sistema de mercado como el nuestro las leyes que imperan son de una lógica aplastante, y nadie las puede cambiar. El único que precisamente tal vez las pudiese alterar es el fabricante y como hemos explicado, no puede permitirse ese lujo ya que de hacerlo sería un error tan grave que le llevaría directamente a la ruina. Quiero no obstante que esta pequeña reflexión no se vea como una agresión a Gibson o a Fender, ya que tal como he explicado, están haciendo lo correcto para su supervivencia en un sistema de mercado. Hacerlo de otro modo, sería un suicidio por su parte. Por consiguiente, no me queda más remedio que felicitar a ambas marcas por una estrategia que es la única viable en nuestro sistema económico, al tiempo que les deseo muchos años de vida tanto a Fender como a Gibson, que tantas y tantas veces son motivo de nuestros más íntimos sueños, y que lo sean por muchos siglos.... |