Entrevista A Rafael Parras, Técnico y amigo

Me dirijo a casa de Rafa para cambiar la pastilla del puente de mi Telecaster. Espero que la Seymour Duncan Little ’59 me otorgue el poder que necesito. Hará un par de años que conocí a Rafa. Excepto una sola vez, no he recurrido a los servicios de otro técnico. No sólo es el luthier oficial de mi grupo, es ya un amigo con el que disfruto charlando sobre guitarras y toda clase de experiencias. Rafa me recibe con un vaso de agua fresca y coloca el inevitable cenicero en su taller. Ya nos conocemos…

Más bien como técnico. Considero que el luthier construye guitarras como parte de su trabajo, y eso es algo que no hago. Me dedico a la reparación de instrumentos musicales, así como a su ajuste. Tengo clientes tanto de Madrid como de la zona noroeste, trabajo en casa y eso hace que sea económico.

Este año ya es el décimo. Empecé a interesarme por el mundo de la guitarra en la tienda de un amigo, me fascinó el descubrir el porqué una guitarra eléctrica sonaba: todos esos cables, las pastillas… Años más tarde empecé a trabajar en una academia de música en la que tenía mi taller. Yo tenía mis propios precios, pero dicho establecimiento tenía que aumentarlos para sacar tajada. Empecé a trabajar en casa y los clientes habituales empezaron a visitarme allí. Fue un proceso natural instalarme por mi cuenta.

Uffff… Imposible hacer un cálculo… Han pasado por mis manos algunos cientos de guitarras. La gente sale contenta, y no sólo por el precio. Soy muy maniático con la limpieza, ya ves el estado de mi equipo, parece recién salido de fábrica. Sorprendo a mis clientes dejando el instrumento totalmente limpio de huellas, óxido y demás.

Para un ajuste suelo cobrar 35 euros. Los cambios de pastillas dependen de la dificultad, no es lo mismo trabajar con una Les Paul que con una Stratocaster. Lo peor es trabajar con guitarras de semi-caja. Como máximo, cobro 50 euros por este tipo de trabajo.

- También realizas otros trabajos, recuerdo que me montaste dos guitarras con las piezas que te traje. También montaste golpeadores…

Cierto, en varias ocasiones he montado guitarras tipo kit. Me gustan esos retos, coger unas piezas y convertirlas en una guitarra que suene. A veces cambio golpeadores y todo tipo de piezas (puentes, mástiles…). También trabajo con acústicas y clásicas. He realizado electrificaciones en acústicas, instalando pastillas o previos.

- Cuéntame algo de tu carrera como músico…

Cogí una guitarra a los 16 años, con el típico grupo de barrio. Los ensayos eran un caos (risas). Se nos presentó la oportunidad de tocar en las fiestas locales, junto con otros grupos jóvenes. Tocamos tres temas, de los cuales habíamos trabajado apenas uno de ellos, así que imagina como fue mi bautizo en directo. Aprendí realmente tomando clases de Juan Calleja (Orquesta Mondragón, Amistades Peligrosas). Años más tarde me vi embarcado en un proyecto muy serio, con gira nacional y un single en los 40 criminales. La cosa acabó muy mal. Ahora toco con un amigo, en formato dúo, hacemos versiones de Beatles, Eagles, Cat Stevens, la Creedence y cosas así. Tiene salida, es divertido y relajado.

No me gusta aprovecharme de la gente, no me limito a cobrar y punto. En ciertas ocasiones poco se puede hacer y no es recomendable invertir en ciertas guitarras. Recuerdo una ocasión…El mástil estaba retorcido como el rabo de un cerdo (risas

) y los trastes apenas podían cumplir su función. Era para cogerla y colgarla en la pared, pero su dueño le tenía cariño e hice lo que pude, pero como ya te digo, prefiero dar un buen consejo antes que cobrar.

Bueno, de todo, y aquí podrás mencionar las tuyas, que es de lo mejor que pasa por aquí. He trabajado con Fender, Gretsch, Gibson, Ibanez, Hamer, Guild… Lo más difícil fue cambiar unos potenciómetros a una Hofner de semi-caja antigua, hay que trabajar con alambres a través de los agujeros de la tapa, y con mucha paciencia.

Sin duda, las roturas de mástil. Casi siempre, hay que reemplazar el mástil. Es posible pegar una pala fracturada, pero es siempre un desafío minimizar el impacto de ese trabajo para que el instrumento siga siendo totalmente funcional.

Bueno, pues resulta que fuiste tú (risas)

. Recuerdas tu proyecto de Stratocaster SRV, ¿no? Había que “relicar” ese cuerpo para que se pareciera a la Number One de Stevie. Yo que soy tan cuidadoso con las guitarras, me vi en la tesitura de tener que maltratar un cuerpo, aplicarle betún, reparador, disolvente, fuego y varias herramientas para conseguir el efecto deseado. Fue curiosamente divertido.

La gran cuestión, desde el punto de vista del cliente, es tener claro a quién acudir. Desgraciadamente, hay tiendas que dan muchos palos económicos por realizar una tarea simple. Creo que hay que empezar a confiar en los técnicos independientes, somos capaces de trabajar con rapidez, efectividad, y cobrando menos, por supuesto.