Suhr T-Classic: ¿Existe la perfección? |
Escrito por Helio |
Martes, 13 de Enero de 2009 10:30 |
Hola amigos, como todos sabemos, la perfección es algo inalcanzable en un instrumento, aunque a veces nos aproximamos a ella de manera muy especial, y eso ocurre cuando muy diversas variables se inclinan en la misma dirección para alcanzar lo más parecido a una comunión entre calidad sonora y belleza. Las raras veces en que nos encontramos ante ese fenómeno, solemos tener algo parecido a esa experiencia mística que algunos podrían llamar orgasmo mental, o dicho de otro modo: Sentir el placer extremo de tener en las manos una joya única expresamente pensada para colmar nuestros deseos. Eso es exactamente lo que siento cuando miro esta última guitarra que me acaba de llegar y que encargué allá a finales de Julio 2008 a mi buen amigo Toni Fayos. Aunque esto es lo que parece, ya que Toni es el vendedor y yo el cliente, en realidad, las cosas no fueron del todo así, ni mucho menos; Por eso mismo, es mucho más justo decir que entre Toni y yo, encargamos esa guitarra para mi, ya que yo estaba en plena tormenta de ideas, nadando en dudas, mientras Toni me iba guiando con su experiencia, hasta plasmar sobre el papel ese pedido a John Suhr. Lo único que yo tenía absolutamente claro, es que dicha guitarra debía tener forma de Telecaster y llevar 2 pastillas de tipo P90 montadas según el circuito clásico de 3 posiciones. A partir de ahí, ya el resto era cuestión de Toni, pues aunque era cosa de los dos, en realidad, quedaba en sus manos la elección de las maderas adecuadas y el acabado.
Sentí una ligera decepción en relación al puente, pues me encantan los de 3 selletas compensadas (de latón por supuesto) que llevan mis otras Telecaster, pero dicho puente no soporta por defecto el generoso tamaño de una P90, así que no quedaba más remedio que optar por el también clásico puente de 6 selletas en “hard-tail”, tal como se suele poner en las Stratos sin palanca de tremolo. El caso es que ahí más que una cuestión de estética se trataba de obtener el máximo “sustain”, aunque tras probar el instrumento, debo admitir que mis temores eran infundados, ya que de “sustain” andamos más que sobrados. Por otra parte, en cuanto a estética, también es cierto que el puente de 3 selletas compensadas conlleva el defecto de una gran placa metálica donde se ubican selletas y pastilla, y por consiguiente, ocupa mucho más espacio longitudinal que el hard-tail.
La circuitería y el acceso a la misma se concibió como el de una Telecaster “de toda la vida”. Así lo prefiero, y me ha gustado mucho el resultado, pues no había motivo alguno para poner solo los botones y commutador a la vista, ya que eso implicaba perforar el instrumento por detrás (para acceder al circuito), y me parece que se conserva mejor la esencia del formato Telecaster con la placa frontal de circuito.
En cuanto al mástil, optamos por pedirlo de arce con diapasón de palosanto índico (más tierno y dulce que el de Brasil), ya que esa parecía la opción más común y de probada eficacia. Para la pala, Toni me convenció que daría mucho mejor resultado una pala tintada de negro con el logo blanco dibujado a Laser, y al ver unas cuantas fotos de guitarras con esa pala, no me costó nada aceptar su consejo. Es algo que evidentemente no afecta al sonido, pero mejora la estética.
Las maderas del cuerpo, sin embargo, fueron motivo de intenso debate: Tras probar ese tipo de pastilla en cuerpos de fresno, aliso y caoba, aconsejado por Toni, me decanté finalmente por la Caoba de Honduras. No obstante, al ver fotos de guitarras con esa combinación de maderas, no nos gustó nada de nada el resultado estético, ya que el veteado de la caoba no es precisamente muy convincente visualmente para la parte frontal del cuerpo, y el resultado tímbrico suele quedar ligeramente opaco, pues la caoba da cierta oscuridad y profundidad al “tono”. Por eso mismo, se requiere una compensación clásica: Una buena tapa de arce de 6mm. Así que ya puestos a tirar la casa por la ventana, quise que fuera lo más bonita posible, sin ser por ello una ostentación. Optamos por un flameado (flame top), ya que el famoso “quilted” me parecía demasiado para un instrumento tan sobrio.
Con un acabado de ese tipo en el frontal de la guitarra, era impensable poner un golpeador clásico, ya fuera blanco o negro, así que nos decantamos por un mini-golpeador de concha roja que cumple muy bien su función, y sin embargo, apenas si oculta una pequeña parte de la tapa. Así la pensamos, así la pedimos, PERO luego surgieron algunas variaciones que han mejorado sustancialmente el instrumento. John Suhr o alguno de sus Luthiers pensó que era mejor poner un mástil de caoba “vieja” con muchos años de curación, y ya puestos, cambiar la tapa flameada por una “quilted”. Así que el resultado sonoro y visual han mejorado mucho, ya que la guitarra resulta espectacularmente bella y a la vez sobria, en mi opinión, claro está.
Hay otras ligeras variaciones nuestras sobre lo que sería una forma de Telecaster pura: Ya que habíamos cambiado unas cuantas cosas a la estética del clásico remo de canoa, ¿ Porque no optar por algún cambio más ?
El resultado final a simple vista, es una guitarra elegante aunque sobria, a la que no parece sobrar ni faltar nada. Toda la madera está a la vista, las juntas son perfectas en las dos piezas del cuerpo, tal como se aprecia a través del tintado burdeos trasero, y en la tapa frontal de arce.
Así que, una vez vista por todos los lados, os voy a comentar como suena: Básicamente puedo decir de entrada que el sonido me ha sorprendido muy gratamente, ya que responde 100% a mis expectativas, cosa no suele ocurrir siempre: Como todos sabemos, hay guitarras preciosas, con unos muebles que quitan el hipo, pero cuyo sonido no nos dice gran cosa. Este por suerte, no es en absoluto el caso.
En resumen: Nos encontramos ante un instrumento completo, casi perfecto y evidentemente: Costoso. No puedo decir que sea caro porque nunca he tenido nada igual entre las manos, y francamente la relación calidad/precio/belleza me parece equilibrada. Se trata de una construcción cuidadísima en la que se han usado maderas nobles de probada solvencia y belleza unidas en perfecta simbiosis a una electrónica de muy alta calidad. Como no podía ser de otro modo: El resultado sonoro es exactamente el esperado.
Así que, solo puedo decir que me siento feliz ante la que es mi última adquisición. Apenas ya si me quedan dedos para tocar mal, y con este nuevo instrumento único, hecho especialmente según mis deseos, he conseguido obtener ese sonido que llevaba medio siglo esperando. Así que con esto, me retiro del mercado de las compras: Ya no necesito ninguna guitarra más porque esta es perfecta y definitiva. |